Con “La loto” y “Envolver”, dos de sus canciones más famosas, la carioca empezó su show en la edición número 63 del Festival de la Canción.

La cantante brasileña Anitta fue la encargada de cerrar la cuarta noche del Festival de Viña del Mar 2024. Con su encanto y versatilidad sobre el escenario, la artista se llenó de elogios por parte del público de la Quinta Vergara y en redes sociales.

Pasadas las 01:30 AM, la intérprete nacida en Río de Janeiro realizó su esperada aparición sobre la tarima, haciendo que el “Monstruo” baile al compás de “Downtown”.

2Simplemente fantástica” y “qué increíble la Anitta, qué mujer tan bonita y talentosa”, fueron algunos de los comentarios en redes sociales pocos minutos después de la aparición de la brasileña en el escenario.

Al ritmo del característico “perreo” que representa la figura de Anitta, la Quinta Vergara alucinó con el show de la artista que tuvo todo tipo de estilo musical, desde reguetón, pasando por pop, hasta llegar al típico funk carioca o funk brasileño.

“Siempre fue mi sueño estar acá”, dijo la compositora al momento de recibir la Gaviota de plata.

En cuanto a lo sucedido hace algunas semanas en la quinta región, la artista dijo: “Me enteré de los incendios, es por ello, que a todos los que les guste este ‘look’, será donado para ayudar a lo que pasó en los pueblos de Valparaíso. Es normal que ahora se ayude mucho, porque es reciente, pero después de un mes o dos meses hay que seguir ayudando».

“¡Gracias Viña! ¿Sabes qué? Desde que empecé a cantar en español, conocí este Festival y desde entonces mi sueño era cantar aquí. Estoy súper feliz de estar acá. Les agradezco muchísimo por tanto amor, desde Brasil para Chile”, dijo promediando la media hora del show, en un español bastante articulado aunque con su evidente acento brasileño. Se acercó a interactuar con el público al cantar el hit Todo o nada, marcando un momento de relativa pausa. Es el momento en que se enfocó más en cantar, como el hit Bellaquita coreado por el “Monstruo”. Luego le siguió Downtown, la colaboración con J Balvin que le hizo conocida para buena parte del público con su letra de evidente connotación sexual. “A mí me gusta cuando baja downtown/Le pido que se quede ahí envenciao’”.

Lo isnolito!

Pasadas las dos de la madrugada entraron los animadores. Llegó el habitual rito de la entrega de la Gaviota. La brasileña se prestó para el juego, lanzó tallas y bromeó con los animadores. “Si me emborracho me quedo aquí hasta las tres de la mañana”.

Tras ello, siguió con un largo segmento de twerk en que fue secundada por sus bailarines. “Voy a enseñarles como movemos el culo en Brasil”, señaló. Tras casi una hora de intenso show, volvieron los animadores. El Monstruo pidió la Gaviota de Oro, como premio por un show que pasó a toda velocidad, como un movimiento de caderas en una noche de discoteca. Aunque para entonces, como informaron los animadores, ya se había ido a sus camarines. No hubo forma de entregarle el reconocimiento.

Anitta simplemente partió y la Gaviota de oro no quedó en sus manos. Se cambió de ropa, se puso pijama y no pudo salir de vuelta a escena.

Después, volvió y recibió a los animadores en el backstage y le explicaron la confusión. “¿La gente me va a odiar por eso?”, preguntó, argumentando que simplemente no sabía todo el ritual y se había confundido al partir.

La Gaviota de oro tampoco se la entregaron.

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